LA INDUSTRIA DE LA MEDINA

Probablemente, dos de las industrias de más importancia para la ciudad musulmana de Málaga fueron la del Vidrio y la de la Cerámica. La industria en la medina se vio favorecida por la facilidad de exportación de sus productos. Todo ello gracias a la situación estratégica del puerto, que ayudó a que la medina llegara a convertirse en un punto de producción de fama mundial.

LA CERÁMICA EN LA MÁLAGA MUSULMANA.

En cuanto a la elaboración de cerámica, los alfareros concentraban sus talleres en el arrabal de la Fontanella. Allí también se agrupaban sus viviendas. La abundante materia prima en esta zona, al estar sobre un terreno arcilloso, la cercanía del monte, que facilitaba la obtención de madera, y el acceso a numerosas fuentes de agua por la cantidad de arroyos que transcurrían por el lugar, hicieron de este enclave el sitio idóneo donde poder desarrollar la actividad alfarera, llegando a alcanzar un importante rendimiento industrial.

La cerámica local gozaba de tal popularidad que la ciudad llegó a imprimir su sello propio. Fue la conocida como “Opera Malika”, que significaba fabricada en Málaga. Esta llegó a ser considerada y distinguida como marca de calidad de la época. Destacaba sobre todo la producción de piezas de loza dorada y azul.

«Se han encontrado restos de cerámica «Opera Malika» en excavaciones  arqueológicas repartidas por todo el mundo.»

TÉCNICAS DE ELABORACIÓN Y DECORACIÓN DE LA CERÁMICA.

Pero además de la técnica de reflejos metálicos (loza dorada y azul), existían otros métodos de decoración, como el esgrafiado, el estampillado, el calado, el verde y magneso, la cuerda seca, el pintado, el vidriado, el magneso, el azul sobre blanco y el bizcochado.

También se usaban los alicatados, principalmente en la fabricación de suelos y zócalos, hechos a partir de pequeñas piezas con formas geométricas, llamadas olambrillas.

Algunos de los diseños ornamentales incluían caligrafías, motivos vegetales o heráldicos, figuras geométricas y animales.

LA PRODUCCIÓN DE LA CERÁMICA

En cuanto a la producción de la cerámica, esta era moldeada en los tornos para proceder a continuación a su cocción en los hornos.

Los hornos se construían con adobe, y estaban formados por diferentes compartimentos. La cámara de fuego o caldera, una cámara de combustión u hogar, una o dos cámaras de cocción, separadas por una parrilla, y una chimenea. La chimenea disponía de pequeños agujeros en su parte alta, que podían ser tapados en función al calor que se necesitaba obtener en la cámara de cocción.

Además de los hornos, había otros elementos de importancia en el barrio alfarero. Un ejemplo de ello eran unas balsas regadas por agua donde reposaba la arcilla. También unas habitaciones con forma rectangular utilizadas como secaderos de piezas.

La mayor parte de la cerámica encontrada en la ciudad de Málaga se rescató de excavaciones en la zona del arrabal de la Fontanella.»

Por último, estaban los testares, que eran agujeros excavados en el suelo donde se arrojaban los restos de la cerámica que se rompía o de los objetos defectuosos que no podían comercializarse.

LOS USOS DE LA CERÁMICA

Con respecto al uso de la cerámica, podía ser doméstica o industrial. Desde artilugios de cocina como ataifores, jarras, cazuelas o morteros, hasta objetos cotidianos como candiles, juguetes o pipas de fumar. Para uso industrial se hacían tejas, zócalos, tuberías, canjilones de noria, bocales de pozo, e incluso la fabricación de decoración arquitectónica y el revestimiento de suelos y muros.

LA INDUSTRIA DE LAS ATARAZANAS EN LA MÁLAGA MUSULMANA.

Otras de las industrias más destacadas eran las Atarazanas. Aquí se encargaban de la construcción y reparación de barcos.

Su apertura se llevó a cabo debido en gran parte a la importancia del puerto marítimo de la ciudad, que se había consolidado como uno de los más esenciales del litoral mediterráneo. Además, la proliferación de estos astilleros se vio favorecida por la cercanía de reservas forestales en la zona, que aseguraba la existencia de materia prima.

Aunque la función principal de las atarazanas era de astilleros, también tenía usos comerciales y militares, pues era utilizado como almacén y arsenal.

«Estos astilleros estuvieron situados cerca de donde hoy se levanta el Mercado de Atarazanas, y aún se conserva la puerta de entrada original.»

LA INDUSTRIA DEL HIERRO EN LA MÁLAGA MUSULMANA.

Cabe mencionar por otra parte la industria del Hierro. Las herrerías se concentraban en uno de los arrabales de la medina. Allí se elaboraban todo tipo de herramientas de trabajo, agrícola e incluso armamento. Se distinguía sobre todo la fabricación de cuchillos.

LA ARTESANÍA EN LA MÁLAGA MUSULMANA.

Las artesanías se descubrían como otras de las producciones más relevantes. Las Tenerías trabajaban el cuero para elaborar cinturones, cojines o fundas. Las curtidurías eran lugares contaminantes, debido a los productos que se usaban para curtir y teñir las pieles. Las tenerías se componían de unos estanques llamados noques, donde se atizaba el cuero. Había también secaderos de cuero, y unos recipientes llamados alcadafes, utilizados para tratar y teñir las badanas.

«Se han encontrado restos de unas tenerías en la actual Plaza de las Flores, junto a la Calle Larios.»

Otra de las artesanías de gran interés era la del Mimbre. Esta industria se desarrollaba en el arrabal de Al-Tabbanim, conocido como el barrio de los mercaderes de la paja. Allí, se elaboraban con esmero todo tipo de cestas y objetos de mimbre.

Los Tiyaz por su parte eran talleres donde se realizaban manufacturas de seda y brocados. Se bordaban túnicas con hilo de oro, que después llevaban los gobernadores y las grandes élites. Para controlar la calidad de la seda, tenían inspectores llamados yalis.

Por último, también habían Cortadurías, lugares donde se sacrificaban animales para el consumo.

LA AGRICULTURA EN LA MÁLAGA MUSULMANA.

Pero si por algo se caracterizaba la ciudad musulmana de Málaga era por la Agricultura. La habilidad del pueblo musulmán en el aprovechamiento del agua y la fertilidad del suelo malagueño y su clima, ayudaron a que la ciudad gozase de buena fama en el cultivo de algunos productos.

«El vino dulce de Málaga ha sido famoso desde tiempos inmemoriales, y su producción también fue importantísima en época musulmana.»

La producción vinícola era una de las más fructíferas junto con el higueral. También la recolección de almendras, avellanas, castañas y moras, entre otros. El cultivo de cereales se limitaba al consumo, principalmente el trigo.

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